Lo más bonito era ver lo motivados que estaban los niños, ver la carita que tenían de concentración. Quizás demasiada por mi culpa, por haberles comido tanto la oreja durante la semana calificando el partido como el más importante por rivalidad y por meternos en la próxima fase.
Debido a esto, nos presentamos al partido, y comenzamos.
Dominamos el principio, pero en una contra con muy mala suerte, donde uno de los niños se resbalo y dejó al rival solo sin portero, hizo que nos pusieramos 1-0 en contra. Seguidamente, una falta lanzada, nos supuso el 2-0. A partir de ahí, los niños espabilaron y nos fuimos 2-1 al descanso.
Salimos otra vez con la típica toriija 'post-descanso' y nos encasquetaron el 3-1.
Poquit odespués, volvimos a recortar distancias, e incluso pudimos empatar el marcador, pero en la siguiente jugada, nos volvieron a marcar el 4-3.
A falta de 2'30, pido tiempo muerto, y les digo a los niños que por favor hagan lo que les llevo pidiendo todo el partido y no han hecho. Y... ¡¡lo hacen!! En 2 minutos nos ponemos 4-5 por delante y faltando 30''. Ahí es cuando entro en juego yo, y hago la 'jugada rumana' del mes, para perder tiempo. Tiempo que, tras mis protestas por no dejarme entrar al campo para cambiar a un niño, ni darme el cambio, el arbitro decide limpiarse las manos y... ¡¡¡Piiii, piiii, piiiiiiii!!! ¡¡Final del partido!! Y todos contentos. Menos Palestra. Equipo que no juega limpio, ya que juega con fichas falsas. Así no puedes enseñar a los niños... En fin, se nota la clase y estilo.
4-5, victoria, moral y tres puntitos.
¡¡FORZA MANILA!!
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